Tuesday, January 23, 2007

Meditación



Meditación con el color rosa para las relaciones

Todas las cualidades del color rosa se consideran típicamente femeninas. A pesar de que, en tiempos pasados, haya sido un color masculino. “Rosa para las niñas, azul celeste para los niños”, esta convención es tan conocida, que muchos piensan que siempre ha sido así, pero esta moda no nació hasta alrededor de 1920. Al rosa se le atribuyen cualidades tales como el amor, el encanto y la amabilidad, la ternura, la sensibilidad y la sentimentalidad.
En el ejercicio que presento a continuación aprenderás a utilizar las cualidades del rosa para desarrollar nuestra capacidad para vincularnos amorosamente con los demás y mejorar relaciones deterioradas.

Ejercicio 1
Expresando nuestro amor
Entra en un estado meditativo en un momento y lugar en el que no vayas a ser molestado. Durante un par de minutos toma conciencia de tu centro espiritual. Eres esencialmente una energía amorosa cuya voluntad es expresarse en este plano material. Puedes imaginar esta energía como tú lo desees o permitir que el concepto tome la forma que sea. Ahora concéntrate en tu chakra Cordial (la zona de tu cuerpo donde se encuentra el corazón). Imagina que este chakra comienza a despejarse lentamente como si hubiese estado obstruido por energías estancadas. Luego visualiza como unos rayos rosados que descienden del cielo, e ingresan a tu cuerpo a través de tu cabeza para luego estacionarse durante algunos minutos en tu corazón. Mientras este rayo permanece allí, limpia los residuos de energía que hayan quedado sin ser liberados para después comenzar a llenar tu corazón poco a poco. Siente como la energía de color rosa presiona las paredes de tu corazón hasta que llega un momento en el que la presión se hace tan fuerte que estalla en miles de chispas rosadas que se esparcen por el planeta en todas las direcciones, quedando sembradas como semillas en la tierra. Para finalizar el ejercicio dirás lo siguiente: “Soy un canal a través del cual el amor fluye libremente”. Vuelve a la realidad.

Ejercicio 2
Sanando nuestras relaciones
Busca un lugar en donde puedas realizar este ejercicio tranquilo. Cierra los ojos y piensa en una persona con la que tengas algún tipo de conflicto. Visualiza a esa persona de pie frente a ti. Ambos se encuentran unidos por un vínculo etéreo. Que puedes imaginarlo con la forma de una cuerda, un cable, un hilo, una cadena o de cualquier otra forma. Es importante que este vínculo se encuentre deteriorado tal como lo está la relación debido al conflicto. Ahora comenzarás a sanarlo y para este fin deberás bañarlo en una nube rosa durante un minuto hasta que lo sientas limpio de cualquier energía de baja frecuencia que afecte la relación. Dile mentalmente a la otra persona mientras la miras fijamente a los ojos: Te amo, te amo, te amo. Abre los ojos.
Deberás repetir este ejercicio siete días seguidos preferentemente en la mañana o en la noche.

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